¿Que tiene que decir el mundo del arte sobre el fútbol?
Corner es una exposición colectiva comisariada por Art Deal project que pretende dar, en clave artística, una reflexión sobre el deporte Rey. Se tratan de seis visiones en medios completamente diferentes que apuntan hacia aspectos diversos de esta demostración de fuerza y poder que es el fútbol.
Varvara Guljajeva & Mar Canet, con la colaboración de Sebastián Mealla, nos ofrecen la visión más introspectiva de este deporte. Analizan las ondas neuronales de dos aficionados que están experimentando sensaciones muy diferentes viendo un mismo partido. De este patrón extraen dos imágenes opuestas que transforman en un producto textil tan cercano a la imaginería del fútbol como son dos bufandas. Su propuesta es una aplicación de su proyecto Neuroknitting que ya han aplicado a otros imputs emocionales como la música clásica.
Emilio Subirá se concentra en el imaginario del fútbol como marionetas, personajes cercanos al mundo del futbolín que son manejados por otros altos cargos a través de la figura de su alter ego Johnny. Personajes enfrentados pero que al mismo tiempo están cortados por el mismo patrón como símbolos de la gran batalla social que libran en el campo.
Gerard Calderón analiza el concepto del procomún como punto de unión entre comunismo y futbol en forma de instalación, collage y fotografía. Ambos parten de unos valores que ensalzan el bien común, uno aplicándolo al trabajo en equipo, y el otro a lo social. Pero ¿qué pasa cuando el procomún se pervierte? Llegamos inevitablemente al fracaso. Uno al fracaso de construcción social y el otro al fracaso de valores relacionados con el deporte, cuando éstos se mercantilizan y son utilizados como herramienta de control social.
Para Curro Gómez el fútbol se asemeja a una nueva religión con sus ídolos cercanos a la simboligía románica. Personajes y acciones que vislumbran una relectura religiosa llena de guiños hacia la actual dualidad del mundo del deporte de masas por excelencia y la pérdida de valores del mismo, como el de las religiones.
Fabrizio Bianchini plasma la realidad del fútbol desde la gradería con pinturas sonorizadas sobre lo que acontece en la parte que no se ve del espectáculo. Pinturas cercanas al mundo del grafiti apoyadas por un sonido ensordecedor que envuelve al espectador haciendo de su visión una experiencia extrasensorial. Un meta-espectáculo dentro del mismo show que es el fútbol.
Ahondando en esta idea se recrea Paco Puentes en lo que pasa en las gradas con su serie fotográfica. En este caso, su óptica congela acciones y actitudes de la afición que rozan el ridículo al descontextualizarse demostrando como llegan a enajenarse en el fragor de la batalla.
El fútbol se confunde con las esencias culturales y patrias. Congrega y apacigua millones de personas delante de la pantalla verde. Permite dádivas de la administración difícilmente imaginables en otros casos. La hace deliciosamente indulgente: permite aparcar en lugares prohibidos, alarga los horarios de transporte, mueve sin contemplaciones la programación televisiva, se salta las normativas de ruido nocturno en las celebraciones... Tanto por tan poco.